INGREDIENTES
Para la ensalada:
1 paquete de ensalada de brotes verdes
8-10 tomatitos cherry
Cebolla dulce
Fruta: fresas, piña, manzana y mango
75 gramos de Frutos Secos Salen variados: almendras, nueces, pistachos…
Un puñadito de pasas
Queso parmesano (solo para decorar)
Para la vinagreta:
8 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
Una cucharadita de miel
Vinagre balsámico de Módena
Sal y pimienta (al gusto)
PREPARACIÓN
Por el título veréis que se trata de una receta bien fresquita, ideal para el verano, y muy sencilla de elaborar. Esta receta da mucho juego, porque podremos adaptar muchos de sus ingredientes en función a nuestros gustos y, sobre todo, a lo que encontremos en la despensa y la nevera.
Una cena con amigos, para ir a la piscina, como acompañamiento de la carne en una barbacoa en cualquier noche de verano… esta ensalada promete convertirse en tu aliada. Además, es rápida y muy fácil, por lo que no tendrás que ser todo un chef para quedar como una reina con este plato.
Los ingredientes fundamentales de esta ensalada son la verdura, los frutos secos y la fruta. Independientemente de que elijamos unos u otros, con ella nos aseguramos un buen aporte de vitaminas, fibra, proteínas y omega 3, entre otros nutrientes. Si no tienes en casa ningún fruto seco, te aconsejamos comprar almendras para esta ensalada, pues queda riquísima.
Ideal para sentirnos saciados, comer variado y cuidar de nuestra línea, todo en uno. Además, es una ensalada ideal para los más peques de la casa: los frutos secos y el colorido final que tendrá la ensalada la hará mucho más divertida y apetecible para estos pequeños paladares.
Lo primero que debemos hacer es lavar, pelar y cortar todas las verduras y frutas. Estas últimas, córtalas a taquitos, así la ensalada quedará mucho más vistosa y apetecible.
Dispón de un bol y ve echando todas las verduras y frutas. No olvides secar las verduras, así evitarás que se te agüe la vinagreta.
Añade, en último lugar, los frutos secos y las pasas. Puedes trocearlos, aunque te recomendamos que no te excedas en el corte, porque siempre es mejor masticar y saborear cada ingrediente. Además, si los echas al final, evitarás que el agua y jugo que sueltan las verduras y frutas hagan que estos pierdan su textura crujiente.
En un bol pequeño aparte, prepara la vinagreta. La idea es conseguir una emulsión homogénea: añade el aceite, el vinagre, la miel y la sal y mueve enérgicamente con unas varillas o tenedor hasta que se integren todos los elementos y quede una vinagreta brillante y ligeramente espesa.
Por último, sirve en platos o cuencos individuales, añade la vinagreta al gusto y si quieres que tus comensales hablen de tu ensalada todo el verano, dale un toque distintivo: espolvorea un poco de parmesano por encima.
¡A comer!